sábado, 19 de abril de 2008

peluqueria


Me estaban lavando el pelo,
todo era como siempre.
Entra una clienta y
la dueña le da un abrazo
muy sentido,
todas le preguntan cómo se encuentra.
Alguna cosa importante pasa.
La señora contesta de manera normal,
no parece por su actitud y sus respuestas
que haya nada grave,
sea lo que sea.
Estoy pendiente
de sus actitudes y comentarios,
en un momento de la convesación dice:
"... te quedas parada cuando piensas que te puedes ir
con las cosas que aún tengo que hacer por delante..."
y más tarde:
"...sí, dame un café,
que no sea descafeinado,
de estos ya tomo en casa,
i si me pasa algo,
tengo una pastilla aquí preparada
y me la ponéis debajo de la boca"
y continua tranquilamente leyendo la revista .

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