jueves, 17 de abril de 2008

reportaje

Un padre con su hija y unas amigas
estan nadando en grupo
cerca de un arrecife.
Empiezan a venir delfines.
Juegan con ellos.
En un momento dado
los delfines
empiezan a rodearlos,
no los dejan salir del círculo.
La alegría se torna temor.
Pasada más de media hora,
el padre decide salir
para buscar ayuda.
Fuera del círculo
mira qué pasa debajo del agua;
un gran tiburón blanco
les estaba acechando.
El padre vuelve al círculo de protección.
Al cabo de un tiempo
los delfines van desapareciendo
lentamente,
el peligro ha pasado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué gran historia...!

En ella, el padre, juntos con las niñas, fué un niño más... Los delfines, a modo de providencia, tomaron el papél de padre protector, con todas las posibles consecuencias de los malos entendidos.

En la vida, suele suceder, a veces, lo mismo,... los hijos, nos ven (a los padres) como los malos del cuento, pero es algo que hay que asumir, tal como hicieron los delfines ¿NO?

Un saludo,

AdA...

clevus dijo...

Que bueno, Ada!

te agradezco los comentarios que haces. Exploras la noticia desde ángulos que normalmente no contemplo y la enriqueces poderosamente.
gracias y un saludo.